lunes, 16 de abril de 2012

PALUDISMO

Una cepa de la malaria cada vez más resistente a la mayoría de los medicamentos utilizados para tratar esta enfermedad se ha expandido por la frontera entre Tailandia y Birmania y podría llegar a India y África a menos que se encuentre la manera de contenerla, según revela un estudio elaborado a lo largo de diez años y publicado en The Lancet.


Los resultados del estudio indican que los pacientes de las clínicas para el tratamiento de malaria tardaron más tiempo de lo normal en recuperarse después de recibir combinaciones terapéuticas con artemisinina, un medicamento reconocido como el mejor fármaco contra la malaria, según uno de los autores. «Las cepas de malaria resistentes a la artemisinina han sido encontradas definitivamente en la frontera occidental de Tailandia y oriental de Birmania», señala Nicholas White, de la Unidad de Investigación de Medicina Tropical de la Universidad de Mahidol, en Bangkok, Tailandia, y del Centro para la Medicina Tropical de la University of Oxford. «La consecuencia que se extrae de ello es que allí se expanden o surgen nuevas cepas», añadió White, en declaraciones a Reuters.

Medicamentos

Se considera que la expansión de la malaria resistente a la medicación es producto del uso incorrecto de la artemisinina y de versiones falsas y de mala calidad del medicamento. Es necesaria una acción más fuerte por parte de los gobiernos y las agencias internacionales para detener todo esto, advirtió White. «Necesitamos apoyo considerable para Birmania, liderazgo, un mayor conocimiento sobre dónde se está expandiendo» la malaria resistente a los fármacos. «Es como combatir en una guerra», añadió. «Precisamos respaldo financiero serio para contenerla en esta región, de otra manera va a expandirse a India y a África, donde más personas pueden verse afectadas», señaló White.


El experto y sus colegas no saben si esta cepa de malaria que ahora se está diseminando por Birmania está relacionada con otra que surgió en Camboya hace ocho años, por lo que analizarán sus genes para ver si están vinculadas. «Podremos obtener una respuesta más clara a ello dentro del próximo año, observando el genoma completo para establecer si tienen el mismo origen o no», precisó White.

El equipo de White estudió entre 2001 y 2010 a 3.202 pacientes que se habían infectado con Plasmodium falciparum, una especie de malaria que puede provocar enfermedad grave. Los expertos hallaron que el tratamiento estándar con artemisinina tardaba mucho más tiempo de lo normal en eliminar los parásitos del cuerpo de los pacientes. «Ninguno de los pacientes murió, pero los medicamentos no trabajaron tan bien como lo hacían antes», precisó White.

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