El pasado mes de junio, científicos de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Gothenburg (Suecia), publicaban en arXiv.orguna hazaña científica que recordaba al origen «divino» de los tiempos. Los físicos aseguraban en la publicación online haber conseguido crear luz de la nada, provocando un efecto que fue predicho por primera vez hace 40 años pero que nunca antes se había materializado con éxito. En el experimento, los científicos han sido capaces de capturar algunos de los fotones que aparecen y desaparecen constantemente en el vacío. Muy cautos, los autores no han querido ofrecer más datos sobre su trabajo hasta que estuviera listo para su publicación en una revista de alto nivel. Ahora, el estudio aparece en el último número de la prestigiosa Nature, donde se describe con todo detalle.
Según explican los propios autores en un comunicado, el experimento se asienta en uno de los principios más contradictorios y, sin embargo, más importantes de la mecánica cuántica, y es que el vacío, por raro que parezca, no está vacío. De hecho, el vacío está rebosante de partículas que continuamente fluctúan dentro y fuera de la existencia. Aparecen por un breve momento y luego desaparecen de nuevo como fantasmas. Los físicos se refieren a ellas generalmente como partículas virtuales.
El responsable del estudio, Christopher Wilson, y sus colegas consiguieron que algunos fotones salieran de su estado virtual y se convirtieran en fotones reales, es decir, en luz auténtica. El físico Gerald Moore predijo en 1970 que esto ocurriría si los fotones pudieran rebotar en un espejo que se mueve a una velocidad casi tan alta como la de la luz. El fenómeno, conocido como efecto Casimir, nunca había sido observado hasta ahora.
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