El uso de la resonancia magnética (RM) para la detección del cáncer de mama y para guiar las futuras decisiones terapéuticas es cada vez más frecuente; sin embargo, existen pocas evidencias científicas sobre su beneficio, de acuerdo con un documento que se publica hoy en The Lancet.
Los resultados del estudio muestran que aunque la RM es una herramienta valiosa para las mujeres que tienen un riesgo de cáncer de mama por sus antecedentes genéticos, hay pocas evidencias para apoyar su empleo como método de cribado en población general o sobre si su utilización de forma rutinaria antes de la cirugía conservadora de mama mejora la selección de las pacientes, reduzca el número de intervenciones quirúrgicas o disminuya el riesgo de recurrencias locales del cáncer.
La RM se utiliza cada día más en la práctica clínica debido a que se supone que tiene una mayor sensibilidad en la detección del cáncer. Sin embargo, según los datos de este trabajo, coordinado por Monica Morrow de Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York (EE.UU.), solamente hay pruebas suficientes para confirmar que la resonancia magnética es una herramienta de detección beneficiosa en mujeres con alto riesgo de cáncer de mama (debido a su historia familiar o mutación genética conocida), ya que puede identificar con precisión los tumores que pueden pasar desapercibidos con una mamografía y con las técnicas de ultrasonidos. No obstante, poco se sabe acerca de si dicha mejor detección tiene un impacto sobre la supervivencia.
Las investigaciones sugieren que la RM es más fiable que los exámenes tradicionales (exploración física, mamografía y ecografía) en la evaluación de la extensión de la enfermedad residual a posteriori y en la respuesta a la quimioterapia preoperatoria. No obstante, no está claro si esto mejora la capacidad de selección de pacientes más adecuadas para la terapia conservadora de la mama.
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